martes, 26 de febrero de 2013

LO QUE NO SE DICE


Los gritos de auxilio muy a menudo no se oyen. Se ven en las miradas. Se palpan en los hechos. Aunque silenciosos son ensordecedoras voces que gritan en nuestra conciencia, en nuestro interior. El sentido más importante del que hemos sido dotado es el de la percepción de lo que no se ha dicho ni se ha visto. Esa capacidad por la que sabemos cuando algo no va bien sin que nadie nos lo haya dicho. Esa capacidad de leer en una mirada, en un silencio, en un gesto los sentimientos de otra persona.  Esa percepción que a menudo no le prestamos la suficiente atención. Con tan solo una sonrisa, una palabra o un simple gesto podemos dar contestación a esas llamadas de auxilio y cambiar el estado de los que tenemos a nuestro alrededor.  La clave está en observar más para poder percibirlos. Abramos los oídos prestado más atención a quienes tenemos a nuestro lado. Aprendamos a escuchar los sentimientos

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