sábado, 7 de febrero de 2015


Tú, 
que has sabido inundarme y secarme,
romperme y coserme,
embriagarme, 
extasiarme,
detenerme en el tiempo,
desnudar mis deseos,
asesinar mi rutina...

Tú,
que aun en soledad
sigues estando, 
que incluso en silencio
te sigo escuchando, 
que hasta despierta
te sueño y te sueño...

Tú, 
el inexplicable gozo
de mi fantasía,
la atrevida aventura
de mi vieja ya melancolía...

Tú,
siempre tú,
incluso sin nombre
y sin piel que mis dedos puedan tocar, 
incluso sin presente 
que en un futuro pueda recordar...

Tú,
mi galimatías del alma,
mi utopía existente,
mi imposible constante...

Tú,
¿y quién más?...
Yo, 
que por ti desvarío
estos versos sin sentido
que sólo yo entiendo...
Sólo yo...
y tú.
©