Perdí el tren de la tristeza,
lo dejé pasar.
Llegué tarde al del olvido,
al de la decepción.
No viajaré cargada de dolor,
vacié mis maletas del mal.
Seré caminante
por la senda de la luz.
Guiará mis pasos la alegría,
la esperanza,
los buenos recuerdos.
Mi espalda no cargará penas,
ni decepciones,
ni lágrimas.
Aprendí a dejar atrás
lo que pesa en el alma,
lo que aprieta el corazón.
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