Si pudiera ser lágrima,
brotaría de tus ojos
para acariciar tus mejillas
y después secarme
en la comisura de tus labios.
Si pudiera ser voz,
te susurraría mi nombre
cuando dormido estuvieras
para despertarme en tu pensamiento.
Si pudiera ser silencio
rompería esos gritos interiores
que de mí te alejan,
que te obligan al olvido.
Si pudiera ser luz,
iluminaría tu camino hasta mi cuerpo
para fundirnos en un abrazo,
para decirte cuanto te quiero.
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