Las lágrimas que derrames hoy serán el arma y escudo para mañana. !Cuánto aprendemos de los golpes! La vida se forja curando cicatrices. Es importante levantarse tras la caída, pero más importante es no olvidar porqué nos hemos caído. No lo llames rencor, llámalo memoria de supervivencia. Cierto es que seguiremos cayendo en los mismos errores, seguiremos siendo prisioneros de las mismas circuntancias que han hecho desmoronarnos, seguiremos dando la espalda a soluciones regaladas y seguiremos tomando las mismas trampas traicioneras. El corazón no aprende pero se curte. Estamos sumidos en nuestros propios sentimientos y, cuando nos rompen los esquemas desde el exterior, nos vemos perdidos en medio de un laberinto de vicisitudes. Esta pérdida es una futura ganancia. Si todo nos viniera rodado seríamos como una simple objeto que no se mueve por sí mismo, no razona, no busca, no aprende.
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