Y quedaba dormida en sus sueños
deseando despertar en sus deseos.
Acunaba las ganas de ser suya
aunque nadie velaba sus placeres.
Dormitaba pensando en sus manos
arrullando cada parte de su piel.
Sus besos eran cálidas señales
de su adormecido anhelo.
Mas al despertar la realidad volvía,
a su lado solo vacío...
y la blanca sábana fría.
En su almohada algunos restos
de llanto y melancolía
por haber vivido en sueños
lo que sabía no le pertenecía.
Y superada la tristeza
volvía a matar esa vigilia
que le separaba del gozo
de sentirse realmente viva.
Hola otra vez. Es que estoy Flipando . Ni por asomo me imaginaba yo esta faceta tuya. Creo que me he enganchado. Un besito .
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