Voy a dormir mi tristeza, que sueñe que es pasajera. Voy a despertar la alegría que me inunda de ti. Y cuando la tristeza sueñe, me iré sin despertarla para que no me alcance. Mantendré despierta a la alegría y la cogeré de la mano. Y le pondré nombre... le pondré tu nombre.
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