domingo, 22 de abril de 2012

ATRÁS


Saboreó los últimos posos del amor
queriéndolo retener un poco más.
Exprimiendo el resto de su pasión
recordó el primer sorbo sin pudor
dividida entre alegría y nostalgia.
Y retrocedió en su ahora fugaz vida
evocando cada latido, cada caricia.
Pero detener el tiempo fue inútil
pues cada recuerdo era puñal
y cada instante un paso banal.
Volvió taciturna a su presente
saboreando cada poso lentamente
para así matar el recuerdo
de aquel capricho pasajero.

1 comentario:

  1. Solo queremos que nos quieran, así de simple. Y haríamos cualquier cosa por conseguirlo, salvo dejarnos querer... Suerte, amiga mía.

    ResponderEliminar