domingo, 5 de mayo de 2013

PRISIONERA


Perdí la virtud del olvido,
perdí tu imagen en mi mente,
no la encuentro para matarla,
para acabar con tu duende.
Es un duende que lleva tu nombre,
tus caricias y tu aroma
que juega a volverme loca,
a pensarte a cualquier hora.
Perdí el derecho a ser libre,
a pensar lo que se me antoja;
te has metido tan dentro de mí
que a todas horas tu recuerdo me aborda.
Has tendido una red invisible
que tejiste con palabras y deseos
ahora aunque quiera liberarme
sigo presa de tu recuerdo.
©

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