domingo, 12 de mayo de 2013

BAILANDO EL SILENCIO


  Ya, sin música, seguían bailando al ritmo que marcaban sus deseos. Sus pies continuaban el paso sin detenerse por miedo a perder la magia del momento. Allí, agarrados, bailando aquel silencio estaban disfrutando de los momentos más íntimos que habían conocido. Todos los sentidos se acentuaban. Con los ojos cerrados podían percibir el olor que tanto habían imaginado el uno en el otro. Podían sentirse el calor de la piel con el solo roce de sus rostros. Sus brazos, ahora, abarcaban el deseo hecho cuerpo. Por eso seguían bailando. Para no separarse, para no romper aquella magia. Tan solo escuchaban sus respiraciones que, en aquel momento era la melodía perfecta para aquella danza de intimidad.
©

No hay comentarios:

Publicar un comentario