Da igual que me esconda,
que te escondas tú
o que se escondan los recuerdos
más allá del olvido;
da igual.
Da igual que la pena la disfrace
de sonrisas fingidas
con carmín rojo vivo;
da igual.
Da igual que esconda la mirada
detrás de cristales tintados
o que mis manos se entretengan
jugando con mi pelo enredado;
da igual.
Da igual porque al final cae la noche
y salimos de nuestro escondite,
la memoria encuentra los recuerdos
agazapados jugando al olvido.
Da igual porque al final del día
mis labios ya no brillan rojos
y la sonrisa se ha borrado con el carmín.
Da igual porque mi mirada al caer el sol
reaparece con la bruma de pena
y mis manos se pierden entre frías sábanas
buscando acariciarte.
Da igual lo que haga
pues cuando llega la noche...
no te encuentro a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario