Déjame entrar en ese paraíso que guardas bajo tu ropa,
déjame conquistarte palmo a palmo con mis dedos
y anclar estandartes de caricias en tu piel.
Porque desnudo sé que no me mientes
y aunque te oiga pronunciar otro nombre
es en mi cuerpo donde pones tus ganas
es sobre mí donde desatas tu ansia.
Y puede ser que otro día
me pronuncies sobre otro cuerpo,
que recuerdes lo que te di
cuando ella te lo negaba.
Déjame probar si una vez que me has probado
puedes olvidar mi nombre
y la piel sobre la que tu ansia has desatado.
©
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