Si pudieras sentir
cómo mis oídos abrazan tu voz,
el sonido de lo que más quiero.
Mi cuerpo,
siempre atento a lo que cantan tus dedos,
a dejarse llevar por la melodía de tus caricias.
Mis ojos siempre diciéndote que te amo,
que te buscarán incluso en la oscuridad.
Y yo...
yo sumisa a lo que marca mi cuerpo,
a lo que pide,
a lo que desea.
©
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