Muchas gracias amigo mío,
gracias por recordarme cómo soñar,
cómo sentirme viva,
cómo dar riendas a mi libertad.
Gracias por cada palabra,
por cada melodía,
por cada recuerdo
que sólo serán míos.
Gracias por haber estado ahí,
aunque por breve tiempo,
para hacerme sentir
que soy importante.
Gracias por todas las fantasías
que en mí se despertaron,
haciendo un sueño de mis días
alejando todo lo cotidiano.
Hasta pronto amigo mío,
espero que cuando nos veamos,
dejemos los sueños a un lado,
yo ya los he dejado.
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