
El contrapunto venía cuando se le presentaba alguna ocasión excepional como una fiesta, en muy contadas ocasiones, o una cena. Era entonces cuando parecía incluso que hasta cambiaba de piel. Entre todas sus cosas de maquillaje guardaba la sonrisa y el brillo de su mirada.
Delante del espejo se iba transformando interiormente a medida que su físico cambiaba. Se alegraba de reencontrarse de nuevo con aquella persona que tanto añoraba y a la vez envidiaba.
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