Tu rostro no es tan solo una parte de tu cuerpo,
es la mirada que siempre busco,
la palabra que me enamora,
los besos ante los que sucumbo.
Tus manos son armas de placer,
consuelo sobre mi hombro,
pañuelo para mis lágrimas.
Tu piel es un abrigo para la mía,
el envoltorio de lo que más quiero,
un mapa por descubrir.
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