Sólo quiero llamarte a gritos,
con sorda voz.
No para que me oigas,
si no para que me sientas.
Solo quiero acariciarte
con las manos del alma,
las que tocan tus sentidos,
las que sienten tus pasiones.
Quiero besarte con la mirada,
mirarte con la boca,
escucharte con el pensamiento,
entenderte con la piel.
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