Ni cara de muñeca,
ni piel de terciopelo,
quizás unas pocas arrugas
y un contorno redondeado.
Ni la joven que un día fui
ni lo hermosa que en el espejo quise ver,
pero unos ojos felices
y un gustarme cada vez más.
¡Qué más da la edad si el amor no envejece!
©
No hay comentarios:
Publicar un comentario