martes, 15 de octubre de 2013

A MI HIJO


Las noches que el año no tiene,
las mañanas que le faltan a mi vida,
las tardes que le sobra al mundo
las daría
por esa sonrisa tuya,
esas ganas de vivir,
esa fuerza innata que desprenden tus ojos.
No es más sabio quien más vive
si no quien más fuerte agarra la vida,
y tú,
carne de mi carne,
la tienes prisionera entre tus huesos,
entre tus brazos,
dentro de ti.
Tu dolor se prolonga hasta mí,
tu alegría se aposenta en mis labios
porque eres lo que me falta,
la parte que me completa.
©

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