Adivino por tu mirada
lo que tus labios callan,
lo que omiten por temor
a romper el bello silencio.
Respiramos en este silencio
cada latido de deseo,
cada suspiro en las manos,
cada caricia en el alma.
Y no son más que los ojos
los que unen nuestros sueños
en un silencio brillante
que dice lo que sentimos.
Porque con los ojos hablamos,
entendemos nuestro sentir,
nos dedicamos la música
que suena dentro en ti y en mí.
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