Ya no tiene importancia
lo que me puedas decir,
lo que puedas callar.
Ya no.
Ya no importa
si perdí tus dedos por mi piel,
si no encuentro tu aliento
en mi cuello.
Ya no importa.
No es importante
no oír mi nombre de tus labios.
No importa nada.
Lo he guardado todo en mi interior
y lo saco al cerrar los ojos,
para olvidarme del resto,
para soñar con lo que importa.
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