Esa paz,
la de la noche,
de su silencio,
de su penumbra...
La que empaña
el dolor del día,
la que enjuga
ese agua de tristeza,
la que calma
la ansiedad despierta.
Es la noche,
la que acuna pensamientos,
la que regala sueños,
la que canta mil deseos.
Es su paz
la que alimenta mi cuerpo,
mi cuerpo y mi alma
para seguir viviendo,
para saber que hay mañana.
©
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